Las placas solares son una herramienta clave para usar energía limpia, con ventajas para el bolsillo y el planeta. Como están al aire libre, dependen del tiempo que haga. Entre los eventos climáticos que pueden dañarlas, el granizo genera mucha preocupación. Muchas personas quieren saber si el granizo puede afectar seriamente estos dispositivos y hasta qué punto podrían sufrir daños.
Características de las placas solares frente al granizo
Las placas solares, también conocidas como módulos fotovoltaicos, están fabricadas para enfrentar diferentes condiciones del entorno. Su estructura incluye células solares protegidas por un vidrio reforzado que busca proporcionar una gran resistencia física y asegurar una larga vida útil del sistema. Este vidrio especial es muy fuerte y capaz de aguantar impactos moderados, funcionando como un escudo contra posibles daños causados por factores externos.
A pesar de su robustez, esta protección tiene límites. El granizo puede representar un peligro para estas superficies, dependiendo de cuánto mida, la velocidad con la que cae y su densidad. Si las piedras de hielo son pequeñas y descienden lentamente, las placas no suelen verse afectadas. Pero cuando el granizo es grande y cae con mucha fuerza, el impacto puede fracturar el vidrio o dañar las células que generan electricidad.
Los daños se pueden presentar como fisuras, roturas o rayones en la capa protectora, lo que disminuye la capacidad de la placa para captar y convertir la luz en energía útil. En situaciones severas, el módulo podría dejar de funcionar completamente. Por este motivo, es fundamental entender cómo se mide la resistencia de estos paneles y cuáles son las normas que deben cumplir para garantizar su calidad.
Los productores de placas solares realizan pruebas estrictas para comprobar que los módulos puedan resistir impactos similares a los que genera el granizo. Por ejemplo, en los ensayos que establece la norma IEC 61215, se simulan golpes con esferas de acero lanzadas a ciertas velocidades y tamaños específicos. Esto asegura que las placas que se venden en el mercado soporten granizo habitual sin sufrir daños significativos.
Sin embargo, las condiciones naturales pueden superar estas pruebas, ya que el tamaño y la fuerza del granizo pueden ser muy variables. Por eso, en regiones donde las tormentas de granizo son frecuentes o intensas, se recomienda instalar módulos con certificaciones especiales o características diseñadas para reducir posibles daños.
¿Cómo puede dañar el granizo a las placas solares?
El equipo especializado en placas solares de CuencaSolar aclara que el daño ocasionado por granizo en placas solares depende de diversos factores. El tamaño del granizo, la velocidad del impacto, la calidad de los materiales, la instalación y la protección adicional que se emplee.
Según sus explicaciones, las placas solares modernas están fabricadas con vidrio templado capaz de resistir impactos de granizo de hasta 25 milímetros de diámetro sin sufrir daños. Esta medida corresponde a la mayoría de las granizadas comunes que pueden ocurrir en zonas templadas. Cuando el granizo excede esa dimensión o cae con gran fuerza, la probabilidad de roturas aumenta significativamente.
CuencaSolar destaca que, en regiones donde las tormentas de granizo son frecuentes y presentan bolas de hielo de gran tamaño, se recomienda la instalación de protectores adicionales. Estas barreras pueden ser estructuras metálicas, mallas de protección o coberturas temporales que disminuyen la energía del impacto directo sobre las placas.
Otra recomendación crucial que aportan los expertos es la elección de módulos con certificaciones específicas que garantizan mayor resistencia a impactos. Algunos fabricantes desarrollan tecnologías de vidrio reforzado o recubrimientos especiales que absorben mejor la energía del golpe, evitando daños mayores.
En cuanto a la instalación, es fundamental que las placas estén bien aseguradas y orientadas para minimizar la exposición directa a tormentas fuertes, aunque esto no siempre sea posible, debido a las necesidades de captación solar. Por eso, la prevención y el mantenimiento periódico son claves para asegurar el correcto funcionamiento a largo plazo.
Si bien el granizo puede causar daños, las incidencias graves son poco frecuentes y que la mayoría de los sistemas fotovoltaicos instalados en España presentan una alta resistencia ante estas condiciones climáticas. Sin embargo, en caso de tormentas muy intensas, se recomienda una revisión técnica posterior para detectar posibles desperfectos y evitar pérdidas de eficiencia.
¿Qué hay que hacer tras la granizada?

Después de una tormenta con granizo, es fundamental revisar cuidadosamente las placas solares para identificar posibles daños. Pueden observarse fracturas en el cristal o deformaciones en la superficie, pero algunos deterioros internos no se notan a simple vista. Por eso, lo más recomendable es acudir a expertos que realicen una inspección detallada.
Los técnicos realizarán pruebas tanto eléctricas como mecánicas para comprobar que el sistema mantiene su rendimiento correcto. Si se detectan desperfectos, se repararán o cambiarán las partes dañadas para evitar complicaciones mayores.
En caso de que las placas estén aseguradas, es importante comunicar el daño a la compañía de seguros cuanto antes para iniciar el proceso de reclamación. Será necesario presentar fotos y reportes técnicos para respaldar el siniestro.
La mejor forma de cuidar las placas solares es anticipándose. Evaluar el riesgo de granizo antes de instalar, usar materiales certificados y proteger el equipo con sistemas adecuados ayuda a minimizar daños y gastos futuros.
Consejos para reducir los daños
Los daños en los paneles solares pueden reducir notablemente la energía generada, lo que repercute negativamente en la rentabilidad del sistema y el retorno de lo invertido. Cuando aparecen grietas o fracturas, la reparación o el cambio suelen tener un coste elevado, sobre todo en instalaciones amplias.
Por eso, es esencial disponer de una póliza que cubra daños provocados por condiciones meteorológicas adversas. Varias aseguradoras ofrecen seguros específicos para sistemas fotovoltaicos, que protegen contra fenómenos como granizo o fuertes vientos.
La tecnología también ha avanzado, desarrollando materiales más resistentes que prolongan la vida útil de los paneles y mejoran su capacidad para soportar impactos severos. Esto facilita su instalación en lugares con climas difíciles sin temor a daños significativos.
Al mismo tiempo, realizar revisiones periódicas y mantener los paneles limpios ayuda a identificar y corregir fallos pequeños antes de que se conviertan en problemas mayores, asegurando así un buen funcionamiento continuo.