¿Quieres desarrollar una aplicación a medida?, ¿estás pensando en contratar a expertos para que lo hagan para tu empresa? Estás tomando una buena decisión, crucial para desmarcarse actualmente de los competidores y mejorar la perspectiva de crecimiento, además, también puede ser positivo para la productividad en muchos casos.
Sin embargo, como ocurre en todo tipo de proyectos, hay ciertos errores comunes que se deben evitar para que todo salga según tus expectativas. En esta disciplina, como en todas, hay que operar con cautela y con conocimiento de causa. Sea cual sea tu caso particular, ¡queremos ayudarte! En este artículo te explicamos los fallos más habituales a los que se enfrentan los proyectos de desarrollo a medida.
¿Qué son los proyectos de desarrollo a medida?
Un software no deja de ser lo que conocemos como un programa informático. En él encontramos diferentes instrucciones, áreas virtuales o algoritmos que dan como resultado una aplicación funcional que cumple una misión determinada o varias de ellas. Son herramientas que nos facilitan la vida.
Gracias a la digitalización hay cantidad de software que ha sido creado para cubrir de manera generalizada las necesidades de usuarios, empresas o sectores. Lo que marca la diferencia cuando hablamos del desarrollo a medida es precisamente esto, que se trata de un programa elaborado siguiendo las particularidades de un negocio o cliente en concreto, “a medida” para cubrir sus necesidades, tomando en cuenta su forma de trabajar o sus carencias.
Esto significa que el proyecto de desarrollo a medida va a ser especialmente exigente y debe mostrar una elevada utilidad a los usuarios que lo van a emplear. De lo contrario, no merecerá la pena para ellos hacer este programa desde cero.
Estos son los errores más habituales que se deben evitar
En la actualidad hay empresas como Develoop.net especializadas en el desarrollo a medida, con expertos que se han cualificado precisamente para este tipo de proyectos y tienen mucha experiencia en ello. Es porque no resulta tan sencillo de sacar adelante, pues hay ciertos errores comunes en los que se puede caer con cierta facilidad. A continuación, te exponemos cuáles son.
Poca claridad en el plan de proyecto
Antes de comenzar el proceso de desarrollo del software es vital parase a crear un plan de proyecto detallado y eficiente. Debe tener plazos bien fijados y determinados objetivos que se deben marcar de una forma concreta. En algunas ocasiones, los equipos se ponen a trabajar en el desarrollo sin tener este horizonte claro y es algo que puede alargar la obtención de resultados durante un tiempo demasiado extenso, incluso puede crear desorganización.
Deficiente estimación de los tiempos
Dentro del plan, la estimación de tiempos es uno de los aspectos más importantes. Un error común es ser demasiado optimista con ellos y no tomar en cuenta ciertos aspectos, como todos los obstáculos que pueden surgir en las diferentes fases. Si se trabaja de cara a un cliente, este puede elevar el coste de sacarlo adelante y también generar una imagen de falta de responsabilidad a la parte contratante.
Excluir al usuario final de proyecto
Los especialistas que se embarcan en proyectos de desarrollo a medida para terceros deben pensar constantemente en las necesidades que desean cubrir los usuarios del software en el que trabajan. Un error usual es quedarse con las indicaciones iniciales y excluir al cliente del desarrollo, obviando en algunas ocasiones aspectos que van a ser relevantes para el usuario. Lo que genera es una insatisfacción o con el producto final, o la necesidad de rehacerlo en gran medida para adaptarse a sus requerimientos.
Administración de riesgos pobre
A veces podemos infravalorar los riesgos de ejecutar un proyecto de software, ¿qué puede salir mal en algo que dominamos a la perfección? En realidad, hay muchos factores que pueden entorpecer las diferentes etapas y que conviene contemplar. Están los riesgos de ejecución en diversas fases, los riesgos ambientales (por ejemplo, un apagón o un fallo en el sistema) e incluso los riesgos relacionados con el usuario, que este cambie de opinión en determinados criterios.
No realizar las pruebas idóneas
Las pruebas siempre tienen que ser parte del proceso del desarrollo del software y no un elemento que se incorpore únicamente en la recta final. Hacerlas puede dar una idea clara de su evolución y también garantiza que se están cumpliendo las exigencias que ha marcado el usuario final o nosotros mismos en el caso de un proyecto particular.
Ahorrar en control de calidad
Esto va muy ligado a lo anterior. El control de calidad es lo que va a ir determinando que el software se ajusta a las expectativas y que, además, nos presenta la calidad esperada. A veces se ahorra en este aspecto o se simplifica en una única prueba final antes de ponerlo en marcha o entregarlo al usuario final. No es una buena idea, ya que este control funciona como una exitosa medida preventiva.
Olvidar el plan de mantenimiento y soporte
Cuando adquirimos un software generalista que ya está prefabricado, el plan de mantenimiento y el soporte vienen “incluidos”. Es algo en lo que hay que pensar cuando se desarrolla a medida, ya que no se puede lanzar un programa y dejar que sobreviva por sí solo sin pensar en el paso del tiempo. Cuando lo hacemos para un tercero, es crucial que presentemos el servicio de mantenimiento, sepamos en qué tiene que consistir y ofrezcamos un soporte de ayuda en caso de incidencia. Por brillante que sea el programa, siempre puede generar problemas en un momento dado.
Crear un diseño poco adecuado
El diseño es una parte fundamental del proyecto, ya que se trata del esqueleto del mismo y también influye en su accesibilidad o su funcionalidad. Esta parte del programa no se debe dejar a un lado en ningún caso, de hecho, es uno de los aspectos que más valoran los usuarios a modo generalizado. En este sentido tendrán un papel muy importante los análisis previos y las opiniones del cliente que ha solicitado el programa, por lo que hay que prestar especial atención para que el proyecto no quede pobre desde esta perspectiva.